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Quien más y quien menos conoce a alguien o ha sufrido en sus propias carnes una intoxicación alimentaria. Sin embargo, no siempre se achaca el malestar que se sufre a los platos que se han consumido, normalmente por desconocimiento de los síntomas o alimentos que pueden causar estas intoxicaciones.
Las intoxicaciones alimentarias pueden darse en distintos grados y, en algunos casos muy extremos, puede causar hasta la muerte. Por ello, es importante estar alerta, saber cómo actuar y, ante todo, saber cómo prevenir el problema.
La afección causada por la ingestión de alimentos o bebidas contaminadas por microorganismos como bacterias, virus o parásitos, se denomina intoxicación alimentaria. También puede ser provocada por sustancias químicas dañinas para el cuerpo humano. Los patógenos más comunes que provocan intoxicaciones alimenticias son la Salmonella, Listeria monocytogenes, E. coli y norovirus. Esta contaminación puede ocurrir durante la producción, manipulación, almacenamiento o cocción de los alimentos.
Entre los principales alimentos más propensos a causar intoxicaciones alimentarias si no se manipulan adecuadamente se puede encontrar:
· Carnes crudas o poco cocinadas (especialmente pollo, carne picada y hamburguesas).
· Huevos crudos o mal cocidos.
· Pescados y mariscos crudos o poco cocinados.
· Lácteos no pasteurizados.
· Frutas y verduras sin lavar.
· Platos preparados si se rompe la cadena de frío.
· Platos con mayonesa o salsas caseras mal conservadas.
Esto no hace que estos alimento sean el demonio o que haya que evitarlos como la peste. Lo que los hace más propensos a producir una intoxicación alimentaria es, precisamente, una manipulación y conservación deficiente, por lo que si sigues las recomendaciones para cada alimento, no deberías tener ningún problema.
Es muy importante conocer los síntomas para poder identificar el problema y tomar cartas en el asunto de inmediato.
· Náuseas y vómitos.
· Dolor abdominal o retortijones.
· Diarrea, a veces incluso con sangre.
· Fiebre.
· Malestar general y fatiga.
· Síntomas neurológicos como la visión borrosa o la debilidad muscular.
Los síntomas pueden aparecer entre pocas horas y varios días después de consumir el alimento contaminado.
En la mayoría de casos, la intoxicación alimentaria es leve, por lo que, generalmente, en pocos días desaparecen los síntomas y nuestro cuerpo encuentra por sí mismo la vuelta a la normalidad.
Lo más importante en este caso es mantenernos bien hidratados: el agua, los caldos o el suero oral serán nuestros mejores compañeros para afrontar el malestar provocado por la intoxicación. Además, deberemos mantener un buen descanso, ya que, el cuerpo está perdiendo mucha energía mientras combate con el microorganismo maligno y dormir bien recompone fuerzas.
Por otro lado, hay que evitar consumir alimentos sólidos desde el primer momento. Cuando experimentemos mejora en nuestro organismo, iremos introduciendo progresivamente alimentos de dieta blanda hasta volver a la normalidad y poder incluir a tu dieta una alimentación para tener energía.
Finalmente, si tenemos una fiebre alta, diarrea con sangre, vómitos muy persistentes o signos de deshidratación evidentes, debemos acudir al médico para que evalúe la gravedad de la intoxicación y cómo nos está afectando. En caso de niños, embarazadas, personas mayores o inmunocomprometidas, se recomienda acudir siempre al médico desde los primeros síntomas.
La clave está en descongelar tus congelados a domicilio de manera correcta y mantener la higiene adecuada para manipular alimentos en la cocina. Para eso, debemos tener siempre presente el lavado de manos antes, después, y si es necesario, durante la manipulación de alimentos crudos. Asimismo, separar los alimentos crudos de los cocinados para evitar la contaminación cruzada. Además, debemos cocinar bien nuestros alimentos siempre y refrigerar los alimentos perecederos rápidamente.
Por otro lado, hay que descongelar alimentos como la carne congelada y el pescado congelado siempre en la nevera. Si lo hacemos a temperatura ambiente, la parte exterior del alimento se descongelará mucho antes que la interior. Aquí tienes algunos consejos sobre cómo descongelar carne rápido de forma segura si se te olvida hacerlo con tiempo. Recuerda también que se puede cocinar el pescado congelado sin descongelar previamente por lo que no hay necesidad de exponerlo a posibles contaminaciones.
Finalmente, cuando acabemos de cocinar tendremos que dejar siempre limpia y desinfectada la zona de trabajo, es decir, donde se manipulan los alimentos.
Lo primero que debemos hacer es valorar si necesitamos asistencia médica. Tras determinar si los síntomas son suficientes para pedir cita o acudir incluso a urgencias, informaremos al restaurante en cuestión de lo acontecido (en qué momento del día sucedió, qué alimentos consumimos en su local, cuándo han aparecido los síntomas...), debido a que podría haber otras víctimas de alguna remesa afectada por alguna bacteria o utensilio infectado.
Además, debemos guardar las pruebas a las que podamos acceder del alimento que creemos que nos hizo caer enfermos. Si sospechas que otros comensales también se han intoxicado, intenta ponerte en contacto con ellos. Los casos múltiples suelen tener mayor peso en las investigaciones sanitarias.
En definitiva, si sufrimos daños importantes, las pruebas nos servirán para poner una reclamación formal ante el restaurante o incluso para iniciar un proceso legal si fuese necesario.
Las intoxicaciones alimentarias normalmente son de carácter leve, pero aun así debes tomar medidas preventivas para que no te ocurra y procurar llevar una alimentación saludable e higiénica. Descongela todos tus productos de bofrost* en la nevera y sobre todo disfruta cocinando, pero siguiendo los pasos correctos para que salga todo bien.