Saca las espinacas y déjalas descongelar en un bol.

Una vez descongeladas, colócalas junto con un poco de leche en un recipiente y haz un puré lo más fino posible con una batidora.

Mezcla el resto de los ingredientes para hacer los gofres con el puré de espinacas, hasta que tengas una masa suave.

Cocínalos en una plancha para gofres de corazón y déjalos enfriar. Mientras tanto, deja que el salmón se vaya descongelando.

Para la crema, mezcla el queso con 4 cucharadas de hierbas mediterráneas y sazona con sal y pimienta.

Coloca el primer gofre en un plato o soporte para tartas y unta el queso crema con una cuchara. Extiende dos rodajas de salmón sobre el gofre y espolvorea un poco de hierbas mediterráneas en el medio.

Pon el siguiente gofre encima y cubre con el queso y el salmón de nuevo. Sigue apilando hasta que el pastel tenga el tamaño que quieras.

Extiende el queso sobre el último gofre y coloca el salmón en el medio. Echa un poquito más de hierbas alrededor y decóralo con las hierbas frescas. Déjalo enfriar un poco y… ¡a comer!