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No siempre tenemos tiempo para ir a nuestra panadería de confianza a buscar nuestra barra de pan preferida para desayunar con el pan recién hecho, a todos nos gusta, pero muchas veces no es viable. Por eso, congelar el pan es una práctica que cada vez más y más familias implementan en su día a día, y bofrost*, congelados a domicilio, tiene los productos de panadería perfectos para el día a día.
Ahora bien, surgen muchas dudas al respecto: ¿cómo congelar el pan?, ¿se puede congelar cualquier tipo de pan?, ¿cuánto tiempo aguanta sin estropearse?, ¿pierde sabor o textura al descongelarlo?, ¿es un hábito saludable? Atento, porque te lo revelamos con todo lujo de detalles.
La respuesta corta es sí, se puede congelar el pan. No solo se puede, sino que es una de las formas más eficaces de conservarlo fresco durante más tiempo sin que pierda su calidad. Si no lo crees, prueba nuestros Panecillos y cambia de idea. (También disponibles la opción de Panecillos sin gluten y sin lactosa)
De todos modos, no todos los tipos de pan responden igual al proceso de congelación. Los panes artesanos, con corteza crujiente y miga densa, como la hogaza o los panecillos estilo rústico, tienden a congelarse mejor que otros con mayor cantidad de agua, como el pan de molde industrial.
Es recomendable congelarlo lo antes posible, preferiblemente el mismo día que se compra, para preservar al máximo sus cualidades. Si se espera varios días y el pan ya está reblandecido o seco, el resultado tras la descongelación será menos satisfactorio.
La duración del pan congelado depende del tipo de pan y del método de congelación, pero en términos generales, puede conservarse entre uno y tres meses sin perder demasiada calidad.
¿Quieres saber cómo congelar el pan correctamente?, sigue estas pautas:
Aunque el pan puede durar más tiempo congelado sin riesgo para la salud, lo cierto es que a partir del tercer mes suele comenzar a perder aroma y sabor. Por eso, lo ideal es consumirlo antes de ese plazo.
No es aconsejable volver a congelar el pan una vez que ha sido descongelado, sobre todo si se ha dejado a temperatura ambiente durante varias horas. Al hacerlo, se corre el riesgo de que se desarrollen bacterias y, además, se degrada aún más su textura. Romper la cadena del frío nunca es bueno.
Una buena forma de prevenir esta situación es congelar el pan ya dividido en raciones, como se ha mencionado antes. Así, solo se saca la cantidad que realmente se va a consumir, sin necesidad de manipular el resto.
Congelar el pan es una opción muy buena si se hace correctamente. A diferencia de otros alimentos, el pan no sufre cambios importantes en su composición nutricional al ser congelado. Tampoco se convierte en un producto de peor calidad por pasar unos días o semanas en el congelador, siempre que el proceso se realice con cuidado.
Es cierto que al descongelarlo puede perder algo de su textura original, especialmente en panes con corteza crujiente, pero esto se puede paliar fácilmente calentándolo unos minutos en el horno o en la tostadora. Con este simple gesto, es posible devolverle parte de su aroma y consistencia.
Además, congelar el pan ayuda a planificar mejor la compra y evita el desperdicio, lo que se traduce en un ahorro económico y una gestión más eficiente de los alimentos en casa.
Más allá de su practicidad, congelar el pan ofrece varias ventajas que merece la pena conocer:
Aunque no estaba en el esquema inicial, merece la pena añadir una sección extra sobre cómo descongelar el pan de forma adecuada. El método de descongelación influye directamente en la textura y sabor del pan.
Estas son las opciones más recomendables:
En todos los casos, es importante evitar el microondas si se quiere conservar la textura crujiente. Aunque es rápido, tiende a dejar el pan gomoso o chicloso.
Como hemos visto, congelar el pan no solo es posible, sino también recomendable si se hace con cuidado. Conservar el pan en el congelador es una excelente manera de evitar el desperdicio alimentario, ahorrar dinero y disfrutar siempre de una ración lista para cualquier ocasión. Basta con seguir unas pautas básicas para asegurarse de que el pan mantenga su sabor y textura el mayor tiempo posible.
Con toda esta información supongo que ya te habrás enterado por qué es bueno congelar el pan. Y tú, ¿cómo sueles conservar el pan en casa? Si todavía no has probado a congelarlo, anímate: verás que es una solución sencilla y muy útil para tu día a día.