No tiene productos en su carrito
Las dietas hipocalóricas están pensadas para reducir de manera controlada la ingesta de calorías diarias. De esta forma, se provoca la pérdida de grasa sin riesgo a grandes rebotes y de la forma más sana posible: creando un déficit de energía entre la que entra y la que sale del cuerpo.
Normalmente, las comidas hipocalóricas se combinan con ejercicio para fortalecer el sistema inmunitario y reducir las probabilidades de enfermedades como la diabetes o el colesterol.
El principal objetivo de las dietas hipocalóricas es mejorar la salud y perder incluso grandes cantidades de peso, consiguiendo mejorar el día a día de las personas con sobrepeso u obesidad. Por lo tanto, basa su menú en una alimentación saludable.
Para basar tu alimentación en una dieta hipocalórica tendrás que combinar alimentos bajos en grasas y con un aporte calórico reducido, pero que sean ricos en nutrientes.
Si quieres emplear en tu día a día una dieta hipocalórica, la verdura y fruta van a ser dos de los pilares fundamentales de tu alimentación, porque son bajas en calorías y cuentan con un gran aporte nutritivo. Por otro lado, tendrás que consumir a diario proteínas magras, de donde sacarás las fuerzas para afrontar esta dieta, las encontrarás en carnes como los filetitos de pollo asados o filetes de pavo, además de pescados blancos como la lubina y algunos tipos de pescado azul como el salmón. Encuentra los productos perfectos para una dieta hipocalórica en bofrost* y te los llevamos congelados a domicilio.
A la hora de escoger qué grasas ingerir, siempre tendrás que quedarte con las saludables, además de reducir en gran medida los hidratos de carbono, sustituyéndolos por pastas, pan, arroces integrales, además de incluir otros cereales como la avena.
En cuanto a la cerveza y el vino, muy típicos de la dieta mediterránea, hay que reducir o, a ser posible, incluso eliminar su consumo de manera regular, ya que aportan calorías vacías, el enemigo natural de las dietas hipocalóricas.
Para un desayuno dentro de una dieta hipocalórica, conviene elegir alimentos con proteína y fibra, como huevos, yogur desnatado, fruta, avena o pan integral. Puedes optar por opciones saludables como tortillas de verduras, tostadas integrales con fiambre bajo en grasa o queso fresco, así como batidos proteicos que aporten saciedad sin exceder las calorías.
Lo recomendable es perder entre 0.5 y 1 kilo semanal con la dieta hipocalórica. Se pueden bajar más kilos, pero el rango más seguro y con menos riesgo a rebote se encuentra entre este medio kilo. De esta forma, se pierde grasa pero no masa muscular.
Con una dieta hipocalórica, perder de tres a cuatro kilos se considera poco saludable en casi todos los casos. Esto se debe a que se crea muchas veces un déficit vitamínico y mineral, aparecen fatiga y mareos, alteraciones hormonales y el efecto rebote se incrementa.
En casos muy específicos, como la obesidad mórbida y siempre bajo la supervisión de un profesional, sí que es recomendable bajar en las primeras etapas del proceso más kilos rápidamente.
No hay alimentos estrictamente “prohibidos”, pero sí hay algunos que conviene evitar o reducir al mínimo porque aportan muchas calorías con escaso valor nutricional.
Muchas veces podemos sustituir estos productos por opciones similares, pero menos calóricas o saludables y nutritivas, que respeten la dieta y ayuden a cumplir los objetivos de reducir grasa y mejorar la salud.
El tiempo recomendado para una dieta hipocalórica varía mucho en función del punto de partida de cada persona que quiere seguirla. Lo más recomendable es acudir a un profesional que te guíe en todo momento y te asesore en función de las necesidades de tu cuerpo hasta conseguir un peso ideal.
Sean unos pocos meses o varios años, lo más importante es que al finalizarla no vuelvas a caer en los malos hábitos que tenías antes de empezarla. Además, será fundamental que pares a tiempo, de lo contrario, acabarás con un peso inferior al ideal.